CONÓCEME

Hola, soy Cristina Echeburua


Soy dietista con enfoque integrativo, enfermera, y educadora en salud. Estoy especializada en salud hormonal y alimentación consciente en la mujer.

Realizo acompañamientos en consulta a través de los cuales conseguimos optimizar la propia biología (lo que llamamos bio-individualidad) y mejorar la salud hormonal y metabólica, potenciando el autoconocimiento y la identificación de las necesidades reales de cada mujer.

Pero ¿Cuál es mi historia?

Te la cuento.

Me salí del camino para encontrar Mi Camino…mi historia


Pese a que ya llevaba muchos años trabajando como enfermera, a nivel asistencial en consulta de salud, mi práctica profesional se circunscribía a las competencias y tiempos propios del sistema público de salud, así como mi formación continuada en este sentido.  

Pero después de atender a muchas personas en consulta (algunas con hábitos poco saludables, desinformación nutricional, confusión y falta de ganas también a veces), llegué a la conclusión de que muchas de las patologías incipientes e incluso ya instauradas de esas personas podían, cuando menos mejorar, incluso prevenirse o llegar a solventarse con modificaciones en la alimentación y el estilo de vida.

Así, poco a poco, comencé a estudiar por mi cuenta, quería saber más, me daba cuenta de lo mucho que podía ayudar a esas personas con conceptos básicos, pero útiles.

Cosas sencillas, pero que nadie les había explicado antes.

Empecé a formarme en nutrición clínica y educación para la salud, y yo misma comencé a cuidar más todos esos hábitos en mi día a día: comprar alimentos frescos, de la tierra, de temporada, buena calidad frente a aditivos, menos productos industriales, más movimiento, más naturaleza, más intuición, más descanso….

Empecé a sentirme tan bien que decidí que ese era el tipo de vida que quería llevar de ahí en adelante.

Pero hubo espinas en el camino…

Espinas en el camino…

En paralelo a esta nueva etapa, recibí la noticia de que mi madre se encontraba en un estadío muy avanzado de cáncer de ovario. Eso me rompió el alma en mil pedazos, y sin duda, a día de hoy lo sé, de algún modo, me cambió.

Nos estudiaron genéticamente, pues ella era joven y el cáncer muy agresivo y encontraron que las mujeres de mi familia, yo incluida,  portamos una mutación genética hereditaria que predispone de forma considerable a padecer cáncer ginecológico.

El mundo se paró durante un rato, un bloqueo… un respiro y pensar

¿Qué puedo hacer?

Decidí continuar, continuar investigando y estudiando cómo funciona nuestra biología, cómo le influyen nuestros hábitos, nuestra alimentación, nuestras decisiones, nuestras emociones… y cómo podemos ayudar a nuestro organismo a que ejerza su capacidad de prevención, equilibrio y auto-reparación.

Quería entender todo, quería ayudar y acompañar a mi madre, hasta donde se pudiera, y quería saber qué podía hacer yo para poner mi epigenética (relación de nuestros genes con el entorno) en las mejores condiciones que estuvieran en mi mano.  

Así que decidí titularme oficialmente como dietista con enfoque integrativo y especializarme a través de diferentes formaciones en clínica, PNI y salud hormonal femenina. 

A medida que fui adentrándome en nuestra biología, me dí cuenta de  que es tan compleja, como apasionante …como nosotras mismas. 

Y me enamoró…

Ahora sé que…


La genética no la podemos cambiar. Traemos la que traemos y no está en nuestras manos modificarla. Poner el foco en algo que no depende de nosotros puede llevar sólo a la frustración y a la pérdida de energía (no podemos cambiar nuestra estatura, color de ojos o en qué zonas acumulamos más grasa, por ejemplo).

Lo que sí podemos hacer es valorar y potenciar todas aquellas virtudes que traemos de serie y aceptar e integrar constructivamente aquello que no nos gusta tanto, pero que también forma parte de nuestra identidad.

En cambio, en la epigenética, tenemos mucho que decir. ¿Por qué?

Porque la epigenética se basa en la  relación entre nuestra genética y los factores ambientales que nos rodean y tiene la capacidad de hacer que ciertos genes que traemos de serie se enciendan o se apaguen, o dicho de otra manera, que ciertas patologías para las que estamos predispuestas se expresen o no. 

Y como ya podrás intuir, esos factores ambientales dependen en gran parte de nuestra alimentación, movimiento, descanso, consumo de fármacos, tóxicos… y estilo de vida en general.

¿Merece la pena hacer algo para ayudar a nuestro organismo a encontrar su equilibrio natural?

La respuesta para mí es clara, sí.

Adéntrate conmigo para conocer un poco más.

Cristina Echeburua Nutrición y equilibrio isotipo

MI FILOSOFÍA DE VIDA


Iba buscando salud, y encontré placer…entonces sentí, por fín, el equilibrio.

Hacer de tu vida cotidiana, tu placer. Enriquecer tus rutinas y transformalas en rituales de autocuidado. Mimar los detalles, enamorarte de tu alimentación y de tu estilo de vida,

¿Crees que puede ser ahí tu equilibrio?

¿Cómo se encuentra ese punto en el que cuidarte y disfrutar se unen y alcanzas el bienestar?


Información

Buena información. Información científica y práctica, donde se asientan las bases de nuestro conocimiento para poder comprendernos mejor.

Autoconocimiento

Iremos integrando ese conocimiento en nuestra rutina y recibiendo las respuestas de nuestro cuerpo, nuestra energía, nuestro estado de ánimo, nuestro descanso… esto, nos permitirá conocernos mejor, saber qué es bueno para nosotras y qué nos hace sentir bien.

Disfrute

El placer de lo sencillo: alimentarnos bien. Con alimentos de calidad, frescos, enteros, de temporada, de la tierra y el mar. Alimentarnos de forma consciente y natural la mayor parte del tiempo, con respeto hacia nuestro entorno y hacia nosotras  mismas, eso es lo que cuenta, es lo que suma. 

Cuando somos capaces de escuchar la melodía de nuestro cuerpo y acompasarnos con ella, empezamos a disfrutar.

El equilibrio no es algo estático, sino que fluctúa con los movimientos externos e internos de nuestra vida.

Nuestro arte reside en escucharnos bien y responder de manera adecuada, para adaptarnos a la nueva melodía en cada cambio, en cada etapa.

LA GARANTÍA, MI FORMACIÓN

  • GRADO UNIVERSITARIO DE ENFERMERÍA (UPV)
  • TÉCNICO SUPERIOR EN NUTRICIÓN Y DIETÉTICA (ROGER DE LLURIA)
  • MÁSTER UNIVERSITARIO EN DOCENCIA Y PROFESORADO (UAL)
  • FORMACIÓN EN NATUROPATÍA (ACADEMIA CHURRUCA)
  • FORMACIÓN INTENSIVA EN NUTRICIÓN CLÍNICA (ICNS)
  • FORMACIÓN EN NUTRICIÓN DESDE LA PNI (REGENERA)
  • CURSO ESPECIALISTA EN NUTRICIÓN Y SALUD HORMONAL FEMENINA (ICNS)
  • EXPERTO EN NUTRICIÓN Y SALUD EN LA MUJER (CEAN)
  • EXPERTO EN NUTRICIÓN Y TIROIDES (CEAN)
  • FORMACIÓN EN SEXUALIDAD DE LA MUJER (ANDREA AGUILAR)
  • MÁSTER EN PSICONEUROINMUNOLOGÍA CLÍNICA (PRÓXIMAMENTE)

En pocas palabras…


CALIDAD: Priorizar la calidad de los alimentos de los que nos nutrimos frente a cantidades exactas.

COHERENCIA: Con nuestra biología evolutiva, pero también con nuestros pensamientos y emociones.

ARMONÍA: Equilibrar cuerpo, mente y espíritu para llegar al bienestar global.

BELLEZA: La auténtica belleza del bienestar interior, la vida plena, energética y la belleza en el plato cuando cocinamos.

PLACER: Comer bien y vivir bien van de la mano. En la vida hay espacio y momentos para todo, no está reñido cuidarse y disfrutar, más bien, todo lo contrario, cuando aprendemos a disfrutar con todo, el disfrute se multiplica.